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Trazos económicos

El Blog de ECOATENEA

Innovación y banca. El caso español.

El problema de la innovación –escasa- en la economía española no es el tamaño de la empresa. El problema es la financiación. El tamaño es una característica no una causa

El diagnóstico.

Es curioso, aunque coherente, que las sociedades solo miden aquello que les preocupa o aquello que pretenden resolver. Una característica clara de aquello que importa socialmente es la existencia de métricas y de análisis pormenorizado de lo que se quiere medir, que es, repito, lo que importa.

Pues bien, no parece que le importe mucho a la economía y sociedad españolas las relaciones entre la banca y la innovación a tenor de la práctica inexistencia de datos y mucho menos de métricas.

Tenemos datos con una historia larga sobre la financiación pública de la I+D, entre otras razones porque estos datos figuran en los presupuestos públicos que se presentan y debaten todos los años desde que se inició la democracia. Aunque solo muy recientemente hay desagregación interesante. No sabemos, no obstante, cual es el retorno económico de esa inversión. Es decir, cuánta financiación pública da lugar a innovaciones (de todo tipo) y qué valor económico alcanzan las mismas. Por ejemplo, no sabemos nada de cuánta financiación pública, del presupuesto español en defensa, se transmite al mundo civil; en cambio, sabemos que internet, el gps, el microondas y varios otros artefactos, ahora civiles, importantísimos y muy valiosos en la vida cotidiana, provienen de la financiación pública en defensa de los Estados Unidos.

Lo que sí sabemos y, otra vez a diferencia con los EE.UU. la financiación pública de la I+D ha sido, hasta hace poco, superior a la privada, aunque ha evolucionado desde un 60-40 hasta el 46-47 actual (el resto es financiación extranjera).

Sobre retornos, tanto en valor económico como en bienestar o valor social, no sabemos nada ni de la financiación pública ni de la financiación privada. Nada sobre los efectos desparrame de la financiación pública al conjunto de la sociedad, nada sobre el aumento de productividad del sector privado debido a la financiación privada de la I+D.

¿Por qué he resaltado esta carencia de información? Porque probablemente es la razón que está detrás o al lado de la escasez de financiación de la banca a la innovación. Sólo en los últimos años (2011-2014) el INE ha presentado los datos de financiación bancaria a la innovación. Y podemos observar cuantitativamente lo que ya sabíamos sin datos precisos. La financiación bancaria es pequeñísima y ha decrecido en este último lustro. En el año 2014 no habrá llegado a los 200 millones de euros y compárese con los prácticamente 6.000 millones de euros de financiación pública y un poco más de financiación privada.

La economía española no ha sido nunca una economía innovadora, en el sentido de intensivamente innovadora. Como es sabido, en los rankings al uso ocupa una posición muy inferior a lo que correspondería a su nivel de renta per cápita u otros indicadores relevantes. Visto desde otro punto de vista (véanse los últimos informes de la OCDE sobre la productividad total de los factores comparada entre países), desde el año 2000, la gráfica de la PTF en diversos países presenta a Estados Unidos y otros con una senda creciente. En el caso español, la gráfica es absolutamente plana. Detrás de la “calidad” de los factores productivos (definición rápida y sencilla de la PTF), está entre otras variables la innovación y los datos sobre la PTF española nos indican que o la innovación ha sido escasa o ha sido de tal calibre que no ha aumentado nada, no ha afectado nada, a la calidad de los factores.

En cambio, si ha sido una economía que ha aumentado la cantidad de los factores productivos y lo ha hecho en gran medida. Y a esto ha respondido la banca: a facilitar financiación para aumentar la cantidad de factores, sobre todo capital mobiliario e inmobiliario. Y sabemos bien que desde 1997 hasta 2007, la sobre abundancia de inversión en el inmobiliario facilitada por la banca es una, si no la más importante, muy importante, de las razones internas de la Gran Recesión (el término es americano, pero de total aplicabilidad en estos lares).

El Informe Cotec afirma: “La carencia estadística está relacionada con el limitado desarrollo de instrumentos y de modelos de valoración del riesgo específicos para las actividades innovadoras por parte del sector financiero, así como de canales específicos de financiación”. Pero la razón económica de fondo está explicada más arriba. La escasez de financiación bancaria a la innovación española tiene que ver o, mejor, está inserta en el modelo productivo español de los últimos 25 años (por no irnos más atrás).

La banca ha financiado el crecimiento, en cantidad, de los factores productivos y en particular del capital inmobiliario y no ha desarrollado mecanismos ni procedimientos para financiar la innovación. Piénsese que dos de los auténticos estandartes de la innovación española como son Inditex y El Corte Inglés han financiado su innovación y su crecimiento con fondos propios. Más aún, son dos negocios que se caracterizan por generar fondos propios (tesorería en particular) en mucha mayor cantidad y menor tiempo que otro tipo de actividades productivas. Lo que pone de manifiesto que hay una inter relación “estructural” y no coyuntural entre “tipología de la actividad productiva- relación con la financiación- tendencia o intensidad innovadora”-.

Alguna práctica para mejorar.

¿Qué se podría hacer a partir de aquí? Enumeraré algunas prácticas posibles, pero déjenme empezar con la siguiente observación:

Lo que actualmente, hace la banca española es verdaderamente escaso.

Una búsqueda –en Google o cualquier otro buscador- de “financiación bancaria a la innovación española” no produce prácticamente resultados reseñables. Bankinter y el FEI tienen un acuerdo de 200 millones euros en dos años a partir de 2014 para la PYME innovadora española. Esto es altamente nuevo y no sabemos exactamente cómo funciona. Probablemente, el FEI asumirá el riesgo, con lo que muy poco, en la práctica bancaria respecto a la innovación, habrá cambiado.

Por otra parte, vale la pena señalar que los esfuerzos que se están realizando para desarrollar y mejorar las métricas de los activos intangibles es clave para que la banca española que no valora más que los tangibles aumente su financiación a la Pyme innovadora.

Ahora pasemos a alguna práctica internacional de dónde copiar para la banca española.

1.      En Boston, seguro que en otras partes también, hay bastantes instituciones financieras especializadas precisamente en financiar la innovación. Funcionan exactamente igual que un banco: analizan un proyecto y financian su desarrollo. Pueden hacerlo mediante compra de capital y participación directa, mediante préstamo, líneas de crédito, etc. Lo importante y lo copiable es el mecanismo mediante el cual seleccionan los proyectos y lo primero que hay que decir es que son pro-activos. Buscan los proyectos innovadores con potencial de éxito. No esperan que se les presenten en un despacho o ventanilla. Su capital humano-buscador de proyectos- es altamente cualificado, por regla general, doctores o mínimo master. Con especialización clara: telecomunicaciones, bioquímica, cibernética, neurología, medio natural-fenómenos naturales, incendios, tempestades, huracanes etc. Los profesionales están en contacto continuo con los investigadores de las Universidades o Centros de Investigación (por ejemplo en el Centro del Transporte –que es público-, también en Boston, hay más de 400 investigadores –todos doctores- que generan multitud de patentes, sólo el MIT genera más patentes anuales que toda España, entre Boston y su con-urbanización hay más de 600 instituciones de grado universitario) y analizan, en términos de potencial de mercado y beneficios, los productos que salen o pueden salir de esas investigaciones. Están en la innovación, incluso antes de que se produzca pero en contacto con los potencialmente generadores de la misma. A partir de sus propios análisis económico-financieros ofrecen financiación de un tipo u otro a los creadores de la innovación.

Este comportamiento con respecto a los centros universitarios y de investigación es perfectamente trasladable a los centros de investigación de las empresas, con salvedades puesto que la protección intelectual está mucho más acentuada en las empresas que ya están en el mundo de la I+D. Para las start up, también hay agencias especializadas, pero en este caso, puesto que no se sabe con exactitud de donde ni cómo se generan (no se sabe con regularidad como en el caso de los centros de investigación) la actitud más que pro-activa es reactiva.

En los casos de las start up lo que se ha desarrollado mucho, a diferencia de España en donde prácticamente no existe, es la financiación proveniente de “family and friends”.

2.      En España se está desarrollando recientemente pero con crecimientos interesantes el crowdlending. La banca haría bien en copiar los mecanismos de análisis de riesgos y de selección de proyectos de este crowdlending. El caso de “equity” es menos aplicable a la innovación o a proyectos innovadores, por regla general se entra en empresas ya establecidas que quieren financiación para algún desarrollo particular, tenga que ver con la innovación o no. En general, sería bueno para la banca estudiar todo el crowdfunding y su relación con la innovación. Como elementos esenciales se encontrará que la alta especialización y cualificación del capital humano que hace la selección de proyectos y el análisis de riesgos es crucial. También lo es el seguimiento continuado y personalizado del proyecto. ¿Es esto compatible con grandes cantidades de financiación, grandes cantidades de proyectos y obtención de economías de escala a la hora de la selección y análisis de riesgos de proyectos individualizados de innovación?  Desde luego es un reto, pero para empezar la banca debería generar unidades, probablemente con cuenta independiente de pérdidas y ganancias, que opere como las compañías de crowdlending o las americanas expuestas más arriba. Seguro que se generan pérdidas en un principio, pero también es muy probable que se conviertan en las unidades de negocio más rentables.

3.      Quizás este último elemento sea crucial para el desarrollo a escala –digamos para llegar a unos 5.000 millones de financiación a la innovación- de la financiación bancaria a la innovación. La promoción, publicidad y sobre todo realidad de innovaciones (españolas) exitosas y muy rentables.

4.      Conectado con lo anterior, es muy importante publicitar que el conocimiento “paga”. El conocimiento es la base (o la base más importante) última de la innovación. El refuerzo de financiación-conocimiento-innovación es absolutamente necesario. De otra forma se contribuye a la proclama española que culturalmente está en la base de la escasísima financiación bancaria a la innovación: “que inventen ellos”.

 

 

Ayyagari, Meghana, Asli DemirgucKunt, y Vojislav Maksimovic. 2007. Firm innovation in emerging markets: the roles of governance and finance. The World Bank, Policy Research Working Paper Series.

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Un artículo, de los más interesantes, que presenta de manera clara las relaciones entre los sistemas de financiación, la estructura económica –sectorial- y el crecimiento:

Financial Systems, Innovation and Economic Performance, Thorsten H. Block , March 2002.

Block presenta evidencia empírica, econométrica, sobre el tipo de sector-tecnología y la financiación precisa o más óptima. Eso sí es una aportación novedosa que no está corroborada en el caso español. La hipótesis a contrastar sería si en España, sectores de alta tecnología no se han desarrollado porque no ha habido la financiación adecuada (desde la de “family and friends” hasta la financiación a largo) o cuánto ha contribuido la falta de financiación frente a otros aspectos, falta de otros tipos de capital, falta de personal cualificado de tradición tecnológica u otros factores.

juan carlos colladoComment